El estanque de las tortugas en la estación de Atocha se
ha convertido, ‘a la chita callando’ que diría aquél, en uno de los lugares más
fotografiados de Madrid, por el que pasan cientos de personas al día.
Fue poco a poco, y de forma espontánea, cuando los
madrileños comenzaron a soltar allí sus animales exóticos y finalmente
convirtieron el estanque en todo un icono del jardín tropical de la estación.
Hoy, según los datos ofrecidos por Adif (Administrador de
Infraestructuras Ferroviarias), ya se ha alcanzado una población de 300
ejemplares.
Algunos de ellos pesan hasta tres kilos.
Desde la empresa se hace un llamamiento a los ciudadanos
apelando a la responsabilidad. Esto es, que el abandono de animales está penado
y, por tanto, abandonar algún ejemplar en el estanque conlleva sanción
económica.
En este sentido, es vital que la población se conciencie de
la responsabilidad que conlleva la adquisición de una mascota, y del severo
daño ecológico que supone en el medio autóctono el abandono sin control de
especies exóticas.
A pesar de que el abandono
de animales exóticos es sancionable con fuertes multas y se cuenta con la
intervención de la propia Policía en la estación para evitarlo, Adif todavía
detecta personas con la intención de liberar nuevos ejemplares. Para evitarlo
ha tomado una serie de medidas disuasorias como la sustitución de la antigua
barandilla del estanque por una nueva de cristal que dificulta la suelta de
ejemplares.
En el estanque hay hasta 14
especies diferentes de tortugas, y se han llegado a identificar algunas tan
exóticas como la ‘pelomedusa subrufa’, una tortuga autóctona del sur de África
cuya característica principal es que en su hábitat natural se entierra en
periodos de sequía.
Para este tipo de ‘hallazgos’, Adif tiene firmado un
convenio con la ONG Grefa para devolver a los ejemplares a su hábitat natural.
Su número, según la empresa, varía cada año.
Mientras, las tortugas que se quedan en el estanque están
diariamente atendidas por personal cualificado que las alimentan y las realizan
tratamientos veterinarios si así lo requieren.
Además, una veterinaria visita el estanque una o dos
veces a la semana para supervisar esas labores y prescribir nuevos tratamientos
si así fuese necesario.
También se cuida el agua del estanque mediante análisis
químicos y mediante filtros para garantizar su limpieza, ya que lamentablemente
hay quien decide desprenderse de sus residuos arrojándolos al agua. Cuando
existe acumulación de residuos en el fondo, se vacía el estanque para limpiarlo
a fondo aunque se trata de hacerlo lo menos posible para evitar un impacto
negativo en la fauna.
Sígueme en Twitter @MilManerasMadri, en Facebook o
nuestro canal de YouTube: Mil Maneras de Madrid.
Interesante cuando menos. Nadie había logrado tanta información al respecto. ¿Tu fuente es fiable?
ResponderEliminarMi fuente, como bien apunto en el post, es Adif ;) 100% fiable. Ellos me han proporcionado la info, lo cual es muy de agradecer y por eso aprovecho de nuevo para reiterar ese agradecimiento.
ResponderEliminar